Conocido como el “valle muerto”, este lugar  atrae a fotógrafos profesionales de todo el mundo, quienes captan imágenes que parecen pinturas, debido a los caprichosos colores del paisaje. Se trata de un “cementerio de árboles” con oscuras acacias preservadas que llevan casi un milenio de existencia –más de 900 años- entre las rojizas dunas de arena, donde alguna vez existió un lago que proveía de vida a los árboles, los cuales se desecaron por efecto de los minerales y el sol del desierto.

 

Texto: AMURA ± Foto: © Dmitry Pichugin / © Marc Turcan / © Luciano Mortula / CHKE MA