A la mitad del desierto de Negev, en Israel, se localiza un auténtico oasis: el hotel Six Senses Shaharut.

El resort y spa cuenta con 60 suites y villas con piscina, con servicios de lujo, diseñadas e integradas en la topografía del desierto para preservar el terreno natural. Destaca la villa Private Reserve, con capacidad para seis personas, e incluye una terraza exclusiva con alberca privada y vistas a las montañas Edom y el desierto.

La emoción de la visita al resort empieza desde el traslado. Puede ser por vía terrestre desde Tel Aviv o Jerusalén (3.5 horas) o desde Petra, Jordania (3 horas); otra opción es un vuelo de 50 minutos desde Tel Aviv al aeropuerto internacional Ramon, y desde allí, es un viaje de 45 minutos hasta el resort. Los vuelos en helicóptero desde Tel Aviv a Shaharut están disponibles.

 

Disfruta la gastronomía

Los platillos de los restaurantes combinan lo mejor de la cocina internacional, con productos frescos obtenidos en los huertos orgánicos del complejo y de agricultores de los kibbutzim cercanos. Midiam es un restaurante exclusivo con una cocina a la vista y un horno tabun que produce una cocina étnica progresiva con influencias mediterráneas e israelíes. Otra posibilidad es solicitar al chef una cena romántica en la habitación.

En Edom View, al aire libre ofrece mezze al estilo del Medio Oriente junto con los favoritos del almuerzo, bocadillos ligeros, refrigerios, dulces y una variedad de tés. También cuenta con el bar Jamillah, con cocteles artesanales con ingredientes locales y una variedad de licores caseros infusionados, ambientado por una selección de la música de la región.

 

Las experiencias fuera del resort incluyen viajes a Petra, en Jordania, para admirar su milenaria herencia cultural; Masada, el Monte Karkom y el mar Muerto, o recorridos a pie, en camello, a bordo de en bicicleta eléctrica de montaña o un vehículo 4x4.

 

 

Actividades para todos

En el resort hay infinidad de actividades, desde conocer monumentos arqueológicos y naturales hasta practicar deportes extremos, recorrer los alrededores con la familia, ya sea en un safari en camello o jeep, o una excursión al mar Rojo.

Si la opción es quedarse en el resort, siempre habrá algo que hacer, empezando por asistir al Six Senses Spa Shaharut y recibir un tratamiento de autor o un programa personalizado. El spa incluye seis salas y una suite de spa presidencial, con saunas, baños de vapor y hammams, y el Alchemy Bar, donde puedes crear tu propia mezcla de productos botánicos naturales para tu sesión en el spa. También hay piscina cubierta y una de entrenamiento al aire libre, un gimnasio y un estudio de yoga con vistas al desierto.

Por la noche, deslúmbrate con la observación de las estrellas, acompañado de un experto, quien te después de una breve introducción, te entregará un mapa estelar donde aprender a identificar y señalar estrellas y constelaciones a través de un telescopio.

Otra posibilidad es conocer Earth Lab, y ver los esfuerzos de sostenibilidad del resort para reducir el consumo, producir localmente y apoyar a las comunidades y ecosistemas cercanos; participa en los talleres y convive con miembros de la población vecina, quienes comparten sus conocimientos sobre la artesanía y la sostenibilidad del desierto.

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts, Six Senses Shaharut ofrece diversas experiencias para los huéspedes de todas las edades. Six Senses Shaharut ofrece diversas experiencias para los huéspedes de todas las edades.

 

Protección al medio ambiente

Por su diseño y construcción sostenibles, Six Senses es el primer hotel en Israel en lograr la certificación LEED del US Green Building Council, al conseguir una reducción del 25% en el consumo de energía, mediante sistemas mecánicos y eléctricos de alta eficiencia, así como sistemas de iluminación de bajo consumo, incluidos sensores de movimiento.

Los desechos de los alimentos sirven de abono al jardín orgánico, y el agua es embotellada en el lugar, evitándose el empleo de plásticos. El aceite de cocina usado de la cocina se dona a la comunidad vecina, quienes lo convierten en biodiesel, y el 100% de las aguas residuales son tratadas en el lugar.