La casa de moda mostró un vestido de armadura impreso en 3D, con detalles de cuero y piel pintados a mano.

En el salón y atelier 10 Avenue George V de Balenciaga, en París, se presentó el desfile que reveló la colección de alta costura número 52, otoño/invierno 23-24. El espectáculo comenzó con un homenaje en la que Demna Gvasalia, director creativo de la marca, reinterpretó un diseño del fundador Cristóbal Balenciaga, realizado entre 1964 y 1968.

Le siguieron una serie de looks entallados con escotes en V curvos, inspirados en las chaquetas de Cristóbal Balenciaga.

A medida que avanzó la presentación, los looks de alta costura más clásicos adornaban la pasarela. Luego, una serie de modelos lucieron telas hechas de lino crudo pintado a mano, con motivos de pata de gallo y pitón. Según Balenciaga, se trató de prendas que tardaron hasta 280 horas en completarse. ”Un proceso de trabajo que hace que cada prenda sea única”, explicó la marca.

La presentación final fue una vestimenta nupcial, similar a la de una armadura, impreso en 3D en resina galvanizada y pulido en cromo. “Rígido y reflexivo, encarna una encrucijada temporal, fusionando técnicas clásicas con avances de vanguardia. También demuestra una nueva realidad”, dijo Balenciaga.