El café no es una planta nativa de Ruanda. Fue un grupo de misioneros alemanes quienes, en 1904, plantaron los primeros cafetos en las tierras de la pequeña aldea de Mibirizi, en el suroeste de la región.  Desde entonces es cultivado; sin embargo, no fue hasta 13 años después que comenzó su exportación, convirtiéndose en una de las principales oportunidades económicas para muchas familias que viven en zonas rurales.

La elevada altitud del país africano, su clima tropical templado y la fertilidad de su suelo volcánico, es lo que proporciona a la planta un entorno ideal para que ésta prospere, dando como resultado una industria cafetera con más de un siglo de experiencia.

Según la National Agricultural Export Development Board (NAEB), hay alrededor de 400 mil pequeños productores de café, con una ligera variación cada uno. Pues, si bien la mayoría de los granos de Ruanda son Bourbon o sus derivados, pueden percibirse sutiles perfiles de sabor que van desde cereza, uva, lima, caramelos y chocolate; hasta melón, mandarina, albaricoques y ciruela, por mencionar algunos. Además del tradicional dejo a dátiles, acompañado de una acidez limpia, crujiente y cítrica. Cada uno de los perfiles frutales es el resultado de las buenas condiciones de cultivo.

En el pasado, el café de Ruanda era procesado de manera irregular en fincas individuales, para luego mezclarlo con el de fincas vecinas; sin embargo, tras el genocidio perpetrado en 1994, el Gobierno incentivó a los productores a invertir en otros métodos de procesamiento. Fue así como surgió el lavado del café, en el que generalmente remojan el grano dos veces, un método común en África.

Alrededor de la mitad de los ingresos por exportación del país proceden de la industria cafetera, razón por la que constantemente los productores buscan erradicar los retos que enfrentan. El mayor de éstos es la Xanthomonas, una bacteria que ataca principalmente a los cafés de Ruanda y Burundi, provocando que el grano huela y sepa a papa cruda; lo que es causado por un insecto que absorbe los nutrientes de la cereza.

Sin embargo, el dominio de antiguos árboles Bourbon combinado con la altitud y su rico suelo volcánico, aseguran que los granos de la región sigan estando entre los mejores, permitiéndole a Ruanda posicionarse en el lugar 32 como productor de café a nivel mundial. 

 

 

 

Texto: Alejandra Cañedo ± Foto: ALLAN SCHALLER RUANDA, COFFEE LOQUEVA / SHARE AFRICA