Instantes de curiosidad instantáneas de la realidad

Era apenas una niña cuando el camino de Catherine Abitbol se unió para siempre con la fotografía, pues su padre le regaló su cámara Canon favorita, que la acompaña hasta el día de hoy. Luego tomó su primer curso de fotografía, en el año 1996, con el Maestro Saúl Serrano, en el Centro Cultural de Arte Contemporáneo.

Su formación académica incluyó estudios en el New England School of Photography de Boston, Massachusetts, en el Art Institute of Fort Lauderdale, y en el International Center of Photography (ICP) en Nueva York; también en la Escuela Activa de Fotografía en Coyoacán, que es considerada por Catherine como la que le ofreció una visión más artística sobre la Fotografía. Sus estudios se completaron al realizar una maestría en Historia del Arte, moderno y contemporáneo en Christie’s Education.

 

¿Cuáles consideras que han sido tus mayores logros artísticos?

Como decía Jorge Luis Borges: “El arte no es aquello que nos hace pensar que hemos descubierto algo nuevo, sino aquello que nos hace sentir que hemos recordado algo importante que habíamos olvidado”. Y esto es a lo que me dedico con mi trabajo, a transmitirle a la gente un sentimiento profundo de felicidad o nostalgia, a causar un recuerdo en la persona que observa mi obra. Cuando puedo lograr esto me siento muy contenta. El mejor resultado es que recuerden una pieza mía tiempo después de haberla observado.

Pienso que un logro ha sido poder desarrollar la habilidad de retratar a la gente en la calle, lo que llaman street photography, sin jamás crear un set; nunca he retocado la realidad, nadie ve las cosas del mismo modo que uno.

Mis fotografías se han expuesto en la Bienal de Córdoba en Veracruz, en el Museo de Arte Moderno para la Fundación México Vivo, en el South Hampton Art Fair, en la exposición Bijoux en el Museo Franz Mayer, en la Galería Abierta de las Rejas de Chapultepec, SIVAM, en varias ediciones de Zona Maco Arte Contemporáneo y más recientemente en la sección curada por Johann Mergenthaler en Maco Foto Solo. He realizado siete exposiciones individuales en distintas partes. Recientemente, mi serie ‘Boca Roca’ fue adquirida por el Hotel Casa Malca en Tulum para hacer una instalación específica dentro de su colección de arte.

 

¿Qué tipo de cámaras y técnicas prefieres?

Las cámaras que utilizo son análogas; mi favorita es una cámara de formato medio Contax y una Nikon F100 que me han acompañado a lo largo de mi trayectoria.

 

 

¿Consideras que las tecnologías digitales son una ventaja o una desventaja para la fotografía profesional?

La fotografía digital ha permitido romper con muchos paradigmas alrededor del arte, ya que brinda una manera automática y un alcance más sencillo y práctico para cualquier fotógrafo. Ha permitido que exista inmediatez y simplicidad en la técnica fotográfica, sin cuestionar la capacidad técnica ni artística del fotógrafo. Sin embargo, en mi opinión, se ha perdido una parte importante en el aspecto artístico: la magia del cuarto obscuro, de tocar el papel, de la sorpresa y la emoción cuando aparece la imagen que tanto has añorado ver en las charolas a muy baja luz, oler los químicos, palpar la foto y escoger las imágenes en las hojas de contacto –la cercanía y relación que estableces con tu imagen durante las horas de trabajo dentro del cuarto obscuro. Las fotografías análogas son infinitamente más pensadas al tomarse, mas calculadas, mas cuidadas. El resultado de una fotografía análoga tiene textura, tiene un alma. Hoy en día únicamente trabajo con este método.

 

¿Cómo es el proceso para elegir la temática de tus colecciones?

Mi mayor satisfacción es ir a un lugar donde nunca he ido antes, donde me asombre lo que veo, lo que encuentro. Es una historia mía sin un proceso específico; dejo que fluya de una forma espontánea.

 

¿La fotografía es una extensión o un espejo de la realidad?

La fotografía es un espejo de mi realidad, de la que veo y siento –de lo que pienso, de lo que me causa curiosidad, angustia, deseo, interés, felicidad. La fotografía es una realidad que quiero compartir, y que quiero guardar conmigo. Las imágenes que tomo son retratos de mi tiempo y de la historia de mi vida; son producto de un proceso íntimo en el que encuentro una conexión entre las imágenes que observo y algo que vive dentro de mí.  "Nunca nada es como dicen que fue, lo que nunca he visto antes es lo que reconozco" - Diane Arbus.

 

¿Fusionas otras artes y texturas con tus fotografías?

Hace algunos años hice varios trabajos utilizando la pintura como un soporte para darle tridimensionalidad a la obra. Esta técnica no define mi trabajo, es solo una expresión dentro de él. Pienso que todas las artes se pueden complementar. En el Arte Contemporáneo es válido todo, pero siempre regreso a la fotografía en su estado único y original.

 

 

 

 

 

 

 

¿La vida te sorprende con sus imágenes o tú las premeditas?

Nunca me he permitido planear nada. La vida me sorprende con imágenes; de eso está hecha la vida: de instantes de curiosidad, de culturas, de rostros, de emociones, de tantas distintas formas de la existencia del ser humano, de la vida de los animales, de la naturaleza. Y esto es lo que yo capto. Hago un retrato de una persona al igual que de un animal: buscando su alma. Debes dejar que la vida te sorprenda, ésta es la magia que me entrega la fotografía.

 

¿Crees que hay una “democratización” del arte fotográfico?

Si entendemos por democratización la difusión masiva o popular del arte fotográfico en la sociedad contemporánea, la respuesta es sí, y me alegro mucho por eso, porque el arte es para todos.

 

¿Hay un hilo conductor entre tus colecciones?

No hay un hilo conductor entre mis series. Mi proceso artístico es el mismo, solamente que se manifiesta en formas diferentes. Casi no planeo mi creación; trabajo todos los días en cualquier parte donde estoy, con la esperanza que el destino vaya poniendo las cosas en su lugar.

 

Texto: Amura ± Foto: Catherine Abitbol