Presentamos un manual básico sobre René Magritte, el gran pintor surrealista belga, cuya reconfiguración de elementos comunes de la vida formó una búsqueda para “establecer un vínculo profundo entre la conciencia y el mundo exterior”, según la casa de subastas Christie’s.

  • Poco se sabe sobre su vida temprana. René François Ghislain Magritte (1898-1967) nació en Lessines, Bélgica, y posteriormente se matriculó en la Académie Royale des Beaux-Arts de Bruselas, antes de pasar breves períodos en la infantería belga y como dibujante en una fábrica de papel pintado. En 1924 comenzó a trabajar como diseñador gráfico en Bruselas. Durante los siguientes cinco años, realizó anuncios para diversos clientes, incluido Alfa Romeo.

En la calle, Magritte podía ser confundido con un burgués belga, al portar su ahora icónico bombín, que en su época formaba parte de la vestimenta de un funcionario belga.

 

“La creación y transformación de nuevos objetos; un cambio de sustancia en el caso de ciertos objetos; el uso de palabras en asociación con imágenes; la mala denominación de un objeto, el uso de ciertas visiones vislumbradas entre el sueño y la vigilia, fueron los medios ideados para forzar a los objetos fuera de lo ordinario, para volverlos sensacionales, y así establecer un vínculo profundo entre la conciencia y el mundo externo”.
Rene Magritte, artista.

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts, <em>L’endroit du décor</em>, 1965. Vendido por 781,200 libras por Christie’s en Londres. L’endroit du décor, 1965. Vendido por 781,200 libras por Christie’s en Londres.

 

En París, Magritte conoció a escritores, artistas y personajes asociados con el surrealismo, entre ellos a su líder, André Breton. Sin embargo, la supuesta anarquía del movimiento se vio socavada por el comportamiento prescriptivo de Breton. En Francia, el surrealismo evocó ideas de automatismo y subconsciente, conceptos que distaban mucho de la búsqueda de Magritte de respuestas llenas de magia y misterio a los enigmas que plantea el mundo que le rodeaba.

Magritte abandonó París después de que su esposa Georgette fuera criticada públicamente por llevar un crucifijo, volviendo al ámbito más burgués y familiar del surrealismo belga.

  • Usó el lenguaje en su trabajo, el más famoso ‘Ceci n’est pas une pipe’. A partir de la década de 1920, Magritte exploró la forma arbitraria en que las letras y los sonidos se unen a los conceptos y objetos del mundo. Fue uno de los primeros exploradores de las nociones de signos y significantes, y algunas de sus imágenes aprovechan las ideas sobre la percepción.

Esto se lleva al extremo en su famosa declaración, ‘Esto no es una pipa’, estampada en la imagen de una pipa de 1929. Eso sí, es un cuadro y no una pipa –de ahí su título: La traición de las imágenes–.

Magritte invitaba al espectador a adentrarse en un brillante teatro de lo bizarro, una realidad nunca antes descubierta. A lo largo de su carrera, Magritte acumuló un inventario personal de objetos y motivos cotidianos que desplegó en una variedad de combinaciones o arreglos: manzanas, huevos, rocas, pájaros, bombines, paraguas, un vaso y nubes en un cielo azul perfecto.

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts, <em>La belle hérétique</em>, 1963-1964. Vendido en 942,000 libras en Christie’s en Londres. La belle hérétique, 1963-1964. Vendido en 942,000 libras en Christie’s en Londres.

 

  • Durante la guerra se embarcó en su ‘período Renoir’. En la Segunda Guerra Mundial, Magritte adoptó un estilo de pintura que denominó ‘surréalisme en plein soleil, una respuesta al horror del conflicto que asolaba a Europa. Inspirándose en la paleta y los desnudos voluptuosos de Pierre-Auguste Renoir, las obras que creó en este estilo reflejan su deseo por explorar ‘un lado bello’ de la vida.

La ocupación alemana de Bélgica marcó un punto de inflexión en su arte. ‘Antes de la guerra, mis pinturas expresaban ansiedad, pero las experiencias de la guerra me han enseñado que lo que importa en el arte es expresar encanto’, afirmó. ‘Vivo en un mundo muy desagradable, y mi trabajo pretende ser una contraofensiva.’

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts, <em>La lumière du pôle</em>, 1926-1927. Vendido por 5’993,500 de libras en Christie’s en Londres. La lumière du pôle, 1926-1927. Vendido por 5’993,500 de libras en Christie’s en Londres.

 

  • Su trabajo fue influido por su carrera en publicidad. La exitosa carrera de Magritte en publicidad (dirigió una agencia, Studio Dongo, con su hermano Paul, en la década de 1930) probablemente ayudó a perfeccionar su idea de cómo hacer que una imagen se mantuviera. En un estudio de su jardín, Magritte creó carteles, portadas de música y anuncios hasta la década de 1950, tiempo después de haber sido reconocido internacionalmente.

Muchas de sus obras se convertirían en icónicos para las grandes empresas; su pájaro del cielo, por ejemplo, era el emblema clave de la aerolínea belga Sabena. Sus imágenes extrañas e inquietantes continúan alimentando la publicidad unos 50 años después de su muerte: anuncios contemporáneos de los Ferrocarriles Estatales Franceses; los premiados comerciales de Volkswagen de Doyle Dane Bernbach, los ‘Mad Men’ originales de Sixties Madison Avenue; los promocionales de Allianz que se apropiaron del motivo Ceci n’est pas un Pipe; y la famosa serie de Absolut Vodka.

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts, <em>La mémoire</em>, 1948. Vendida por 2’082,000 en Christie’s en London. La mémoire, 1948. Vendida por 2’082,000 en Christie’s en London.

 

¿Portadas de discos? ¿Qué tal la imagen de Mull of Kintyre, de Wings de Paul McCartney? ¿O la manzana que designa a la Apple Corp de los Beatles, o la manzana monocroma en el iPad o la computadora portátil? Directa e indirectamente (en el caso de las computadoras Apple), todos estos caminos conducen a Magritte.

  • Su obra se puede ver en instituciones de primer nivel. Muchas de las obras maestras icónicas de Magritte cuelgan en los principales museos de todo el mundo. El Museo Magritte, alojado en los Musées Royaux des Beaux-Arts de Belgique de Bruselas, cuenta con una de las mayores y más variadas colecciones de su obra.