Con 101 metros de eslora, el superyate Moonrise sorprendió en sus primeras pruebas en el agua, en las instalaciones de Feadship en Makkum, al norte de los Países Bajos.
Moonrise retoma el legado de su predecesor, entregado en 2020, con un diseño refinado y una gama de nuevas características. Si bien se conservan las líneas exteriores distintivas de Studio De Voogt y el elegante interior de Rémi Tessier, varias mejoras clave distinguen a esta versión.
Uno de los cambios más notables es la ausencia de cúpulas de satélite. En su lugar, los receptores Starlink fueron integradas a la perfección en la superestructura, mejorando la conectividad y manteniendo una apariencia limpia y estilizada.
Otras mejoras incluyen un mástil más alto, una terraza más espaciosa con zona de masajes, gimnasio y peluquería, así como cubiertas exteriores ampliadas y una plataforma de baño. En el interior, cuenta con una exclusiva cubierta para el propietario y un cine privado en la cubierta del puente.
La arquitectura naval se ha optimizado para garantizar la comodidad tanto en navegación como fondeado. Se ha prestado especial atención a la minimización del ruido, con el diseño de las hélices y apéndices que reducen tanto el ruido subacuático como el interior para una experiencia a bordo excepcional. Este logro fue posible gracias a la primera e innovadora base de cabrestante de ancla con montaje totalmente resiliente, que cuenta con un enrutamiento optimizado de la cadena.
Moonrise se encuentra actualmente en las últimas etapas de equipamiento y pronto comenzarán las pruebas de mar antes de su entrega. Representa un paso más en el compromiso de Feadship con la innovación y la artesanía.