La America’s Cup siempre ha sido un laboratorio de innovación y un escaparate de los límites humanos y tecnológicos en la vela. Ahora, con miras a la 38ª Louis Vuitton America’s Cup en Nápoles 2027, el evento entra en una nueva fase marcada por la sostenibilidad, la inclusión y un estricto control de costos.
La decisión clave ha sido competir con cascos heredados del AC37 –o incluso versiones adaptadas de los AC36 de 2021–. Un análisis exhaustivo demostró que las diferencias de velocidad entre cascos eran mínimas, casi imperceptibles en la práctica. En consecuencia, la atención se centrará en el desarrollo de foils, sistemas electrónicos y control de energía, áreas donde realmente se marcan las diferencias competitivas.
Una tripulación renovada
El AC75 navegará con cinco tripulantes en lugar de cuatro, y al menos una mujer deberá formar parte activa de la dotación. Esta medida no solo fomenta la inclusión, sino que también crea un puente directo con los equipos femeninos de la Copa América. La rotación de deportistas será inevitable a lo largo de la campaña, por lo que los equipos tendrán que nutrirse de una cantera amplia y diversa.
Otra novedad que genera expectación es el regreso de la figura del “Guest Racer”, ausente desde Valencia 2007. Un asiento privilegiado en un AC75 durante la competición que abrirá el evento a una audiencia más amplia y dará a patrocinadores y personalidades la posibilidad de experimentar la adrenalina de la Copa desde dentro.
Innovación y sostenibilidad
El Reglamento Técnico fija límites estrictos para equilibrar desarrollo y presupuesto. Solo se permitirá un timón nuevo por equipo, tres foils de nueva construcción y modificaciones de hasta un 20% en los elementos heredados. En cuanto a las velas, se autorizan hasta seis mayores nuevas y trece foques, siempre con la posibilidad de recorte para prolongar su vida útil.
Los cambios internos serán radicales: los sistemas hidráulicos y electrónicos podrán evolucionar libremente, siempre adaptados a los cascos existentes. Además, todos los equipos deberán utilizar embarcaciones eChase propulsadas por baterías, hidrógeno o biocombustibles, con requisitos mínimos de velocidad y autonomía, reafirmando el compromiso de la Copa con la transición energética.
Camino a Nápoles
La cuenta regresiva ya ha comenzado. A partir del 15 de enero de 2026, los AC75 podrán regresar al agua para entrenamientos oficiales. Entretanto, gran parte de la preparación se concentra en los AC40, donde cada sindicato puede desplegar dos barcos, uno de ellos con una tripulación mixta de jóvenes talentos y mujeres, de acuerdo con el Protocolo.
El reto será maximizar el tiempo de navegación, gestionar con precisión los nuevos foils y definir el mejor equilibrio en la tripulación de cinco regatistas. La sinergia entre diseñadores y navegantes será decisiva, ya que cada equipo deberá encontrar su interpretación única del reglamento.
La 38ª Louis Vuitton America’s Cup se perfila como una de las ediciones más parejas en la historia del trofeo más antiguo del deporte internacional. Con Nápoles como escenario, el mar Tirreno será testigo de un nuevo capítulo en el que la tradición, la innovación tecnológica y la sostenibilidad se entrelazan para llevar la vela de alta competición hacia un horizonte inédito.