En la costa del Mediterráneo, al norte de Valencia, Peñíscola se sitúa sobre un peñón, rodeado por mar y vinculado al territorio por una pequeña franja de tierra. Antigua fortaleza árabe, fue sede del Papa Luna. Más de 2500 años de historia, han creado un sugerente galería de leyendas, tradiciones, edificios y hechos históricos, que nos invitan a sumergirnos, más como viajeros que como turistas, en la búsqueda de los orígenes y leyendas de esta ciudad declarada conjunto histórico-artístico en 1972. Buena prueba de ello son sus fiestas patronales, su castillo templario, haber sido una de las tres sedes papales de la Cristiandad junto a Roma y Avignon y, la leyenda que dice que fue aquí donde Anibal, tras su paso por Sagunto, juró odio eterno a los romanos. Tras alguno de los paseos guiados que el mismo Patronato de Turismo ofrece de manera gratuita, seguramente, el visitante, mirará con nuevos ojos una población que, desde iberos, fenicios, griegos, romanos, cartagineses, árabes, órdenes religioso militares, ilustrados, y carlistas: se ha ido configurando en lo que hoy conocemos como Peñíscola. 

 

Texto: Patrick Monney ± Foto: Patrick Monney