Gracias a los vestigios encontrados en California se sabe que el ser humano habitó esa zona desde el 10,000 a.C., pero debido a sus características desérticas le fue difícil adaptarse.

En el siglo XVI, el 3 de mayo de 1535, Hernán Cortés llega a la Bahía de La Paz, a la que bautiza como “Bahía de la Santa Cruz”. El español fracasa en su intento de conquista, al igual que en diversas expediciones posteriores, y no fue sino hasta 1720, durante el arribo de los misioneros jesuitas, que los indígenas permitieron que estos extranjeros se establecieran en sus territorios durante los siguientes 70 años.

Entonces, desde Loreto se emprende la construcción de una larga cadena de misiones, de las que aún se conservan algunos templos de sólida arquitectura. Por desgracia, la relación indígena con la nueva cultura establecida originó innumerables problemas que llevó a los nativos a su gradual extinción.

 

 

 

 

Visitar Baja California Sur implica descubrir un universo marino y terrestre lleno de contrastes y de inigualable colorido y belleza, proporcionados por la inmensa gama de riquezas naturales que habitan en sus aguas y desiertos. Desde Guerrero Negro hasta Cabo San Lucas hay innumerables escenarios naturales, donde las diversas formas de vida se han ido adaptando para dar lugar a esta maravillosa península situada entre el océano Pacífico y el Mar de Cortés.

Por su situación geográfica y la abundante riqueza de recursos naturales La Paz es un excelente punto de partida para diversas exploraciones de historia natural, tanto terrestres como marítimas. Podemos decir que por ello ha acogido en sus playas a colonialistas y misioneros, y a turistas y empresarios, y que todos han logra- do mantener a la ciudad en un lugar privilegiado.

 

 

 

Décadas atrás, el comercio de importaciones representaba uno de los grandes atractivos para viajar a esta ciudad, sin dejar de serlo ahora. Sin embargo, en la actualidad el mayor atractivo de La Paz radica en sus bellas playas rocosas, de escasos declives de arena fina y blanca, poseedoras de contrastes que se encuentran entre el azul y verde esmeralda de sus aguas y el color rojizo de sus rocas. De igual manera, el eterno sosiego de sus calles a cualquier hora del día. incluyendo el malecón, representa otro de los encantos de esta ciudad. Al visitar La Paz resulta imprescindible acudir a alguna de las marinas para navegar hacia las playas principales de la bahía: El Coyote, Tecolote, Balandra, Pichilingue, El Tesoro, Caimancito, Coromuel, Playa Palmira y la Isla Espíritu Santo, que a la vez se conforma de hermosas caletas.

El Mar de Cortés constituye un santuario de incalculables especies de animales y plantas, bautizado por Jaques Cousteau como el “Acuario más grande del mundo”. Esta variedad de fauna marina —impresionantes ballenas, manadas de delfines, tiburones, mantarrayas e infinidad de peces— ha posicionado a La Paz como un destino de buceo internacional.

 

 

 

El área que enmarca la sublime magia del Mar de Cortés está constituida por un ecosistema desértico, con flora y fauna que, a raíz del aislamiento del macizo continental, ha desarrollado características endémicas. Los cardones de asombroso tamaño constituyen una de las más de 3,000 plantas que componen la flora de las arenas de este fascinante desierto.

La conservación de su medio ambiente original, el cielo, que es un santuario de aves, los atardeceres carmesí desmayados entre el mar y el desierto, y la palpable calma que hace alusión a su nombre han hecho de La Paz el sitio ideal para vivir una extraordinaria aventura.

 

 

 

Alrededores de La Paz: Bahía de Balandra

A 10 millas náuticas de La Paz se halla este otro gran tesoro de la región, la Bahía de Balandra. Es una bahía fácil de identificar por el verde esmeralda de sus aguas —el cual se difunde en una multiplicidad de colores debido a las especies que allí habitan— y por la fina arena blanca de sus playas. La tranquilidad de estas aguas favorece la práctica de deportes, como kayac y snorkeling.

La orilla norte de este maravilloso lugar presenta condiciones beneficiosas para el anclaje de embarcaciones. En esa zona hay una roca en forma de hongo, cuya punta está detenida por un peñón, y es uno de los atractivos principales de esta ensenada.

Al este de la bahía se encuentra playa Tecolote, una de las más grandes de la región, la cual está conformada por amplias zonas de arena. Tecolote se localiza al terminar el extremo occidental del Canal de San Lorenzo, y para llegar allí es necesario anclar a unos cuantos metros del lugar.

Sin lugar a dudas, La Paz y sus alrededores son un paraíso, joyas turísticas de México, con un desarrollo que va viento en popa y que conquista a primera vista.  

 

 

Raíces

La Paz recibe su nombre de Sebastián Vizcaíno, quien a través de viajes de estudio logra establecer la base de operaciones para la exploración de la península, determinando así el valor económico de la tierra y los mares californianos.

 

Texto: Adriana Ortega ± Foto: Rodrigo Pérez del Toro, Alfredo Blasquez