La Semana Santa de Cádiz saldrá por primera vez a la calle como fiesta declarada de Interés Turístico Nacional.

Entre los diez días que transcurren entre el Viernes de Dolores y el Domingo Resurrección –del 31 de marzo al 9 de abril–, un total de 29 hermandades y una Sección de Penitencia recorren las calles de Cádiz. En total son 52 pasos y más de 10,000 personas en los cortejos. Tanto las imágenes como los pasos en los que procesionan son auténticas joyas patrimoniales, algunas con más de cinco siglos de antigüedad.

Como andaluza que es, la Semana Santa de Cádiz tiene una serie de características comunes a las del resto de la región: el color, la música, la pasión propia de Andalucía se ve claramente reflejada en la Semana Santa gaditana.

La ciudad deja embelesado a todo el que la visita: su forma, su pequeño tamaño, su disposición, su mezcla de estilos arquitectónicos fruto de su longeva existencia de más de 3,000 años hacen de la ciudad un tesoro que descubrir a cada paso, cada esquina, cada plaza, cada calle tiene su historia y la Semana Santa lleva al visitante a todos esos lugares.

La inmensa mayoría de templos se encuentra en el caso antiguo, la parte de Cádiz con más interés turístico, un área peatonal que se recorre fácilmente a pie, prácticamente plana y en la que abundan los establecimientos hoteleros y alojamientos singulares.

Además de la ciudad en sí, la Semana Santa de Cádiz se caracteriza por contar con una impresionante y a veces desconocida imaginería. Hay que partir de la base de que durante los siglos XVII, XVIII y XIX la ciudad fue el principal puerto de España con América lo que hizo a Cádiz rica y próspera donde llegaban mercaderes, comerciantes y artistas de toda Europa para embarcar hacia las Américas. Muchos dejaron aquí su huella con imágenes valiosísimas.

Pero si hay un Cristo en Cádiz que despierta el interés de todos, independientemente de su fe es el de la Buena Muerte que se venera en la iglesia de San Agustín y que procesiona el Viernes Santo a oscuras, con la única luz de sus cuatro hachones.

En Andalucía no se entiende la Semana Santa sin música. Forma parte de su esencia y el flamenco, una de las señas de identidad está muy presente también en la Semana Santa. Los historiadores sitúan el origen del flamenco en el triángulo formado entre Sevilla, Jerez y Cádiz y el flamenco en Semana Santa tiene un nombre: la saeta, una oración profunda y sincera que surge desde el interior del alma y que expresa la devoción y el amor por un Cristo o una Virgen en forma de cante. Cuando una saetera o saetero canta, todos callan.

El carnaval, sin duda la gran fiesta de la ciudad, también se rinde al encanto de la Semana Santa gaditana y no son pocos los que tocan ambos palos, cantando en febrero coplas de carnaval y en abril saetas.

Cádiz es barroca, su época de esplendor así lo indica y este estilo está presente en muchas edificaciones, incluido claro está, sus templos. Dentro del barroco en Cádiz se prodiga el Rocalla, un estilo que no es exclusivo de la ciudad pero que aquí tiene especial protagonismo sobre todo en los templos de El Carmen, San Francisco, la iglesia de la Pastora de Sagasta y Santa María.