Digna de un conocedor

Una vez más nos encontramos en AMURA, en esta ocasión para comentarles acerca del fabuloso universo relojero, que año tras año logra sorprendernos gracias a que hace uso de cuanto avance tecnológico y propuesta estética surgen, en infinidad de modelos y marcas que se engalanan con sus mejores piezas. Y para muestra, un botón: la forma IWC y su nuevo Ingenieur Tourbillon Fuerza Constante.

El Ingenieur Tourbillon Fuerza Constante es una verdadera joya para los amantes y conocedores del deporte, en especial de las carreras de Fórmula 1™. Este reloj es sumamente interesante ya que, como saben ustedes, la Haute Horlogerie y las carreras tienen en común que la labor de sus ingenieros consiste en armonizar a la perfección cada una de las piezas que conforman la unidad, para así sacar el máximo partido de la técnica y, evidentemente, lograra la máxima eficiencia de la misma. 

Esto se traduce en que las complejas maquinarias alcancen los mejores resultados, tanto en la pista de carreras como en la muñeca. IWC nos demuestra hoy que aplica toda su avanzada ingeniería y los avances tecnológicos, y los pone a disposición de un talentoso equipo de ingenieros, relojeros y diseñadores reunido en el transcurso de diez años, para crear una extraordinaria pieza que pordía describirse como  “Un mecanismo de fuerza constante”.

 

 

El Ingenieur Tourbillon Fuerza Constante es un reloj altamente complicado, integrado en un tourbillón a la altura de las «9 horas». Este majestuoso indicador del tiempo ofrece una fascinante vista de su construcción en capas. Tanto para los aficionados como para los conocedores de la mecánica de precisión, es un auténtico placer contemplar la compleja interacción de los muelles, ruedas y áncoras.

El Ingenieur Tourbillon Fuerza Constante se nos presenta extremadamente llamativo. Su diseño fue pensado para dar una apariencia destacada y con fuerza. El puente negro del tourbillón está provisto de una escala que indica los segundos y que, igual que los tornillos negros, acentúa el aspecto técnico de la esfera. Un contraste atractivo es su delicado volante de Glucydur® en oro brillante, con ajuste de precisión descentrado sobre los brazos del volante. El tourbillón da un giro completo sobre su propio eje en 60 segundos, con lo que compensa la influencia de la fuerza de gravedad y así evita un eventual desequilibrio del volante, lo que provocaría una desviación de la marcha.

En lo más profundo del tourbillón es posible reconocer el mecanismo de fuerza constante integrado –la auténtica pieza clave del reloj. Su refinado mecanismo mantiene la amplitud de la oscilación del volante y, con ello, la precisión de la marcha prácticamente constante por desacoplarse el escape del flujo directo de la fuerza del rodaje. La fuerza de accionamiento se almacena provisionalmente en un muelle de espiral y se transmite a la rueda del áncora. Para ello, se reajusta la tensión de este muelle de espiral una vez por segundo, lo que puede verse en la aguja del tourbillón que avanza por pasos de un segundo. Además, cada cinco semioscilaciones del volante, son liberadas la rueda de parada y la jaula del tourbillón. La rueda de parada se gira y, a su vez, hace girar la jaula del tourbillón, lo que produce una tensión renovada del muelle de espiral. Al cabo de dos días, aproximadamente, se produce el cambio del modo de fuerza constante al modo normal: ahora, el segundero avanza por pasos de un quinto de segundo. El Tourbillon Fuerza Constante garantiza una marcha precisa y regular durante un lapso mínimo de 48 horas.

Gracias a logros como el Ingenieur Tourbillon Fuerza Constante, IWC Schaffhausen se colocó en la posición de líder dentro del Campeonato de Constructores de la Haute Horlogerie; en especial por la creación e integración del mecanismo de fuerza constante patentado en un tourbillón, consiguiendo una marcha especialmente regular que da como resultado una obra maestra de ingeniería, una pieza digna de portar.

 

Texto: Faberge international ± Foto: ©Peyrelongue