Ya suman ocho países los que han alcanzado las emisiones netas cero, lo que contribuye a combatir el cambio climático.

Estos ‘sumideros de carbono’ absorben más dióxido de carbono de la atmósfera cada año del que emiten. La mayoría son pequeños, con sectores industriales limitados y priorizan medidas de protección ecológica, reporta Energy Monitor.

La acción global para combatir el cambio climático ha provocado una ola de compromisos nacionales para alcanzar el cero neto: Estados Unidos y muchos otras naciones tienen como objetivo el 2050, con países como China e India décadas después. Pero un puñado de estados ‘sumideros de carbono’ ya tienen sus emisiones bajo control.

Las emisiones netas cero se logran cuando se absorbe más dióxido de carbono de la atmósfera cada año del que se emite. Alcanzar el cero neto a escala mundial es una parte central de los esfuerzos para evitar que el calentamiento global supere el objetivo climático de 1.5 °C.

En 2019, antes de que la crisis sanitaria paralizara virtualmente muchas economías, el mundo emitía 58.5 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente. Y las emisiones de gases de efecto invernadero son más altas hoy que cuando 190 países adoptaron el Acuerdo de París en 2015.

Los emisores grandes y pequeños están desarrollando planes a largo plazo para descarbonizar sectores como la energía, la electricidad y el calor, la industria, el transporte y la agricultura.

Para otros ricos en recursos naturales como las selvas tropicales que naturalmente absorben CO2 de la atmósfera, con poblaciones pequeñas, producción industrial limitada y protecciones ambientales estrictas, el camino hacia la sostenibilidad es un poco más fácil.

Países con cero emisiones netas

  • Bután. La agricultura de subsistencia, la silvicultura sostenible y el turismo constituyen el grueso de su actividad económica. Escondido en las montañas del Himalaya, el reino ha aplicado durante mucho tiempo políticas que promueven la gestión forestal sostenible en lugar de la deforestación. Los parques nacionales protegidos dominan las dos quintas partes de la geología del país, que están conectados por corredores de hábitat que permiten que la vida silvestre se mueva entre ellos, sin obstáculos humanos.
  • Comoras. Este pequeño archipiélago volcánico se encuentra en el océano Índico frente a la costa este de África, justo al norte de Madagascar. Es uno de los países más pobres del mundo, con una población de 800,000 habitantes densamente concentrada en las principales ciudades costeras de sus cuatro islas.

Las bajas emisiones de la agricultura, la pesca y la cría de ganado, que representan aproximadamente la mitad de la economía del país, junto con una estricta protección ambiental para casi una cuarta parte de la masa terrestre, respaldan su estado de cero emisiones netas.

  • Gabón. Las selvas tropicales del Congo dominan el 88% de la masa terrestre de Gabón en África central, gracias a un fuerte compromiso con la no deforestación y la gestión sostenible de sus recursos naturales. Situado en la cuenca del Congo, que es uno de los "sumideros de carbono" más grandes del mundo, emite muy poco dióxido de carbono mientras absorbe grandes cantidades. La ONU ha llamado a Gabón un modelo de conservación ambiental.
  • Guayana. Es otro país rico en árboles, que se encuentra en la costa norte de América del Sur, rodeado por la selva amazónica. Habiendo alcanzado ya las emisiones netas cero, el país apunta a una reducción adicional del 70% en las emisiones para 2030. Sin embargo, en 2019, el país se convirtió en el productor de petróleo más nuevo del mundo, lo que podría desafiar su condición de emisor neto cero de gases de efecto invernadero.
  • Madagascar. Rodeada por el océano Índico, esta isla se localiza frente a la costa este de África y depende de la agricultura y la pesca para su principal producción económica. Si bien actualmente es un emisor neto cero, la deforestación a gran escala ha visto desaparecer una cuarta parte de la cubierta forestal del país desde 2000, según Global Forest Watch. Si continúa la tasa actual de pérdida de árboles, Madagascar se convertirá en un emisor neto de dióxido de carbono para 2030.
  • Niue. La pequeña isla de coral se encuentra en el océano Pacífico Sur y alberga una población local de alrededor de 2,000 personas, y muchas más viven en el extranjero. La pesca, la agricultura y el turismo constituyen las principales actividades económicas. La Contribución determinada a nivel nacional del país establece que es un sumidero de carbono neto, que contribuye solo con el 0.0001% a las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, su posición expuesta lo hace vulnerable al impacto del cambio climático, desde el aumento del nivel del mar, la acidificación de los océanos y la creciente amenaza de los ciclones. En enero de 2004, la capital de Niue fue destruida por el ciclón Heta de categoría 5, por ejemplo.

  • Panamá. En la cumbre climática COP26 en Glasgow, Panamá se unió a Surinam y Bután para formar una alianza de países con emisiones negativas de carbono, pidiendo apoyo para el comercio y la fijación de precios del carbono y alentando mayores esfuerzos para alcanzar el cero neto.

Con una población de 4.5 millones de personas y alrededor del 65% de la masa terrestre está cubierta de bosques tropicales, el gobierno planea reforestar 50,000 hectáreas de tierra para 2050, mejorando su condición de sumidero de carbono.

  • Surinam. La pequeña nación amazónica se encuentra entre los países más ricos en bosques del mundo, con un dosel que cubre el 93% de su masa terrestre. Sus bosques absorben miles de millones de toneladas de CO2 y sustentan una rica biodiversidad, lo que lo ha llevado a formar asociaciones de créditos de carbono para compensar las emisiones y ayudar a preservar sus ecosistemas forestales.