Un artista catalán muy mexicano

La obra del reconocido pintor catalán Manuel Pujol Baladas refleja en cada pincelada su talento, pero sobre todo, sus sentimientos y sus vivencias. Precisamente por ello es que para el artista la pintura es un estado de mimetismo en donde todos dejan de ser lo que son para convertirse en artistas: “la ventaja que tenemos nosotros, como pintores, es que todo el mundo se atreve a pintar”.

M. Pujol Baladas reconoce que le resulta difícil hablar de su obra. Sin embargo, considera estar dentro del expresionismo abstracto, que de alguna manera está vigente desde los años 50-60, a partir de los cuales ha habido grandes movimientos. “Nosotros somos un poco hijos de estos movimientos”. 

 

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Sobre el momento actual del arte señaló que, por suerte, “no existe un movimiento que defina una tendencia de cómo pintar, digamos que es mucho más libre, es decir, no existen esos movimientos que marcaban pauta”. Comentó que esa historia se acabó y que ahora el artista en el fondo se ha vuelto muy individualista.

Al autodefinirse, el artista habló de una escritura personal de cada día, de su lenguaje pictórico que en realidad es la forma en cómo se siente. “Yo me defino como M. Pujol Baladas”. Agregó que su pintura debe estar dentro de este expresionismo abstracto, donde el concepto es bastante amplio, digamos caben bastantes cosas en este aspecto, desde un lenguaje prácticamente figurativo hasta la abstracción, señaló.

 

La inspiración

M. Pujol Baladas le ha pintado a la música, a la poesía, al sexo, a todas las venturas y desventuras del ser humano. Mi obra “refleja en qué estado estoy, qué estoy pensando, sintiendo, de alguna manera te desnudas en la tela, he pintado todo pero en el fondo he pintado el sentimiento, la emoción que produce”.

Cuestionado sobre sus fuentes de inspiración, dijo que dentro de sus obras le ha dado por trabajar en la música y pintarla. "Yo pinto los sentimientos y las emociones que me produce una pieza de música y muchas veces le agrego a mi obra el lenguaje, la escritura y los signos musicales para identificarla. Los símbolos de las notas musicales me gustan, tienen una estética que me interesa, que es bonita, muy estructurada, un lenguaje muy especial, un ritmo”.

Por ejemplo, para M. Pujol Baladas la cultura mexicana ha sabido respetar sus costumbres y tradiciones, motivo por el cual la considera viva y por ello dedicó un amplio trabajo al reconocido Huapango de Moncayo. "Le hice un homenaje a México a través de 75 piezas dedicadas a esta obra musical y cada vez que la escucho se me pone el vello de punta, es emocionante”.

 

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En la literatura también ha encontrado motivos. Por ejemplo, hace algunos años, recién llegado a México, recibió una invitación de la Universidad Veracruzana para darle imagen a unos poemas de Constantino Cavafis, "realmente fue una experiencia muy bonita para mi descubrir todo un mundo y ponerle imagen a la poesía”.

De la misma manera la cultura de un país se expresa en su obra. Por ejemplo, le ha pintado a la muerte por esa gran tradición mexicana. "El día de muertos es una fiesta y al descubrir todo este mundo lo traduces en pintura, por ello tengo toda una serie dedicada a los muertos”.

Podemos decir al apreciar su trabajo que en la pintura de M. Pujol Baladas el gesto es el mismo, la fuerza de la impresión de la pincelada, del sentimiento, del color, no cambia. Al respecto, señaló que “cada uno tenemos nuestra dicción muy personal y el resultado final de la obra es que todos sus elementos son identificables”.

Pero algo muy importante es que una vez que empieza a pintar tiene siempre una idea clara de qué es lo que quiere decir y la manera en cómo plantearlo. “Yo no pinto en blanco, ya tengo pensada la obra”.

 

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El reto de crearse nuevamente

Respecto al material que gusta usar para su trabajo, M. Pujol Baladas habló de su gusto por el papel. “Me gusta mucho, he trabajado incluso diversos tipos de papel, pero uso papel artesanal, lo hacemos a mano por decirlo de alguna manera”. Sin embargo, existe también su inclinación a la tela. “En estos momentos estoy recuperando muchísimo más la tela como soporte y sobretodo estoy trabajando con tamaños muy grandes, los disfruto mucho, a mi me gusta pintar muy grande y la tela es el dominante de mi producción. En su obra, en este momento, habló de un 60 por ciento tela y un 40 por ciento papel.

Ha sido muy versátil porque igual pinta en tela, papel, cartón corrugado o en lienzos de materiales duros como puede ser algún tipo de lámina, etcétera.

Al tratar de hacer autocrítica de su obra, se refirió a la libertad que hubiera querido tener y haber podido romper con las influencias del pasado (Dalí) con mayor rapidez. "Estuve instalado cómodamente con un lenguaje que dominaba y que me era fácil, hasta que uno se da cuenta que no es tú propio lenguaje y debes establecer ahí la ruptura aunque te desangres”, por eso su obra de hoy en día no tiene más que la influencia de su propia inspiración, de sus vivencias, de sus sentimientos.

 

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A pesar de ello, hoy en día M. Pujol Baladas quisiera volver a romper y crearse nuevamente. "Ahora tengo miedo de no romper nada, mi obra y yo nos entendemos muy bien, somos lo mismo y estoy contento, pero no quiero ser tan feliz, quiero ser bestial, quiero volver a irme hasta la playa donde empieza el mar y buscar el horizonte a ver qué hay. Necesito apasionarme de nuevo, descubrir, vivir, y que me digan: "oye tío qué estas haciendo, esto no tiene nada que ver con lo que hacías”.

El colaborar con Dalí durante tanto tiempo lo dejó marcado, sin embargo M. Pujol Baladas, a partir de esa escuela, fue capaz de encontrar su propio lenguaje.

Aceptó el riesgo que se corre cuando un artista se acomoda aun lenguaje pictórico. “Puede ser que caigas en la tentación de dejar de ser artista para ser artesano y yo preferiría morirme de artista”. Por ello, insistió en la intención de crearse nuevamente y de poseer la esperanza de tener la fuerza creativa para hacerlo.

Con grandes influencias mediterráneas, por su origen catalán, hoy M. Pujol Baladas ha logrado absorber la cultura, los colores, los gustos, los sabores, los olores, la música y las costumbres mexicanas, es por ello que cada día su obra se le vincula más con México que con su origen, de lo cual expresa sentirse orgulloso. 

 

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Texto: Ricardo Vázquez / Viridiana Barahona ± Foto: Alfadir Luna