Gloria perdurable de Rusia

Viajar a Moscú es vivir una experiencia turística como no hay otra. A partir de que recuperó su estatus como capital de Rusia en 1918, poco a poco la ciudad fue elevándose a un nivel totalmente nuevo. Moscú, una de las ciudades más antiguas y bellas de Rusia, ofrece una cantidad incontable de posibilidades al visitante amante del arte. Esta comunidad urbana tiene un encanto intrigante, seduce a muchos turistas por esa historia sin tiempo que se descubre en cada edificio, en su gente y en su arte.

Las más preciadas recompensas que esconden unas vacaciones en Moscú, nacen de los descubrimientos espontáneos. Todo parece caótico y algo fuera de control, pero en el fondo esa locura generalizada es harto metódica. La esencia de Moscú es sorprendentemente organizada, conservada y funcional. 

El trazo urbano de hecho tiene mucho sentido, por lo que, con la ayuda de un mapa, moverse en la ciudad resulta por demás sencillo.

 

 

Después de uno o dos días en Moscú uno se percata de que las principales arterias viales parten de la Plaza Roja y suelen llegar hasta los suburbios. El centro es una zona de intenso tráfico que ofrece incontables atractivos y diversión. Durante los meses veraniegos, el calor puede llegar a ser tal que un paseo por la ciudad resulta agobiante. 

La Plaza Roja es un tradicional centro de reunión para personas de todas las edades, principalmente durante el verano. Ver gente se convierte en un pasatiempo por demás interesante en los bares, tiendas y restaurantes que se suceden uno tras otro en las así coloridas calles. Aquí, más que en cualquier otra parte, se hacen evidentes los contrastes que caracterizan a Moscú. En este punto geográfico se encuentran tres Patrimonios Históricos de la Humanidad: la Tumba de Lenin, la Catedral de San Basilio y la Plaza Roja, éste conjunto integrado por los dos monumentos anteriores y otros edificios civiles y religiosos del corazón de Moscú.

 

 

 

El cristianismo es la religión predominante en la ciudad, donde la más popular es la Iglesia Ortodoxa Rusa. Moscú es la capital nacional de la cristiandad ortodoxa, que ha sido la religión tradicional del país y desde 1997 es considerada “patrimonio histórico”. En Moscú también se practican el Islam, el Protestantismo, Catolicismo, el Budismo, Judaísmo, Neopaganismo Eslavo y la religión de los Viejos Creyentes.

A la Catedral de San Basilio, cuyo nombre verdadero es Catedral de la Intercesión de la Virgen en el Montículo, se le conoce sobre todo por lo sorprendente de su armónica arquitectura y por sus cúpulas multicolores llenas de luz, en forma de bulbo vegetal (acebolladas), que recibieron su colorido revestimiento a finales del Siglo XVI luego de que el original fuera destruido por un incendio. El interior de las iglesias que integran el conjunto se cubrió de óleos representando santos y escenas de sus vidas. Estas obras fueron restauradas de 1845 a 1848 y nuevamente a finales de ese siglo.

Tretyakov es la galería nacional de las bellas artes. Está cerca del Kremlin y la Plaza Roja, en uno de los distritos moscovitas más antiguos, y guarda obras rusas que datan desde el siglo XI hasta el XX. Se compone de dos edificios de diferentes épocas. En el más moderno se exhibe arte del S XX, obra de creadores plásticos tan renombrados como Wassily Kandinsky.

 

 

 

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La galería del Museo Pushkin de las Bellas Artes está dedicada a colecciones que trascienden las fronteras del país, como varias exhibiciones de arte japonés, una sala dedicada a Claude Monet y otra a Paul Cezanne. América está presente en los seis edificios, con obras de los siglos XIX y XX. El Museo Pushkin está abierto de 10 am a 7 pm, y cierra los lunes. Será imposible ver todo en una sola visita, así que antes de iniciar un recorrido será preciso elegir entre ver las exhibiciones temporales o las colecciones permanentes.

Además de los museos, una visita a Moscú debe incluir otras manifestaciones del arte como el Parque Gorky, lujo de la creatividad urbana que se aprecia en todo su valor al caminarlo en calma. Dentro se encuentra el Tolstoy House Estate Museum, la residencia del emblemático novelista hecha museo, la Iglesia de San Nicolás de los Tejedores y tres pisos completos de magníficas obras de arte en la Casa Central de los Artistas.

 Un recorrido por este parque nos lleva a la efigie de Pedro el Grande y a la Iglesia de la Resurrección. Estas son sólo algunos de los miles de atractivos que ofrece la capital rusa. De hecho las galerías, plazas, museos y jardines son sólo el principio de miles de posibilidades. Los trabajos de restauración que se han realizado en Moscú le han dado un nuevo resplandor que se quedará por siempre en la mente y el corazón de quien visite esta joya de la más elevada expresión del espíritu humano: el arte en todas sus manifestaciones.

 

 

 

 

 

Texto: Alfonso López Collada ± Foto: LUGARES DEL MUNDO /LAS PROVINCIAS / Pola Damonte / GDEON / cvp / sdlo / MnGyver