Hacia el sur, a poco más de media hora de La Paz, capital de Baja California, en la siempre espectacular carretera Transpeninsular –una larga cinta gris que une la Península– hay un verdadero vergel para el golfista deseoso de conocer nuevos campos.

En Los Cabos, zona de 33 kilómetros ubicada entre Cabo San Lucas y San José del Cabo, grandes diseñadores de la talla de Jack Nicklaus, Tom Fazio, Pete Dye, Robert Trent Jones y Tom Weiskopf, entre otros, se dieron a la tarea de diseñar verdaderas joyas del golf. Estas maravillas se crearon en una zona que era un desierto donde no había nada, solamente la fauna local que sale a la luz de la luna, cuando el inclemente sol ya se escondió.

 

En medio del desierto hay un verdadero paraíso del golf, con algunos de los mejores campos de golf del mundo

 

Greens perfectamente recortados, lagos convertidos en verdaderos oasis y amplios fairways bien verdes están a la espera del jugador que desea probar suerte en uno de los siete escenarios. Enormes saguaros y gran variedad de cactáceas forman parte del escenario.

La tecnología desempeña un papel muy importante en estos escenarios, en los que se puede jugar en cualquier época del año, al realizarse el riego por vía satélite, para aprovechar al máximo hasta la última gota de agua –tan escasa en esta región–, además de contar con pastos híbridos que resisten la salinidad del mar. Los greens y fairways están en óptimas condiciones todo el año, muy bien cuidados y en espera de los golfistas.

 

 

Algunos hoyos tienen vista al apacible Mar de Cortés, donde se puede tener la oportunidad de admirar a las ballenas grises, otros apuntan hacia el desierto y algunos hacia la sierra.

 

No de los 20 mejores del mundo

Los siete campos existentes han convertido a Los Cabos en uno de los 20 escenarios más importantes del golf de todo el mundo, y por ello anualmente se juegan miles de rondas.

El drive inicial de Los Cabos comenzó con San José Club de Golf, propiedad de Mayan Palace desde el año pasado, en la tranquila población de San José del Cabo, donde Mario Schjetnan y Joe Finger diseñaron un campo par 35 de 3,141 yardas.  

Los golfistas empezaron a arribar en sus embarcaciones a Los Cabos, y el millonario estadounidense Don Koll adquirió el hotel Palmilla (actualmente One&Only Palmilla). Éste contrató a Jack Nicklaus para el diseño de un escenario golfístico de 27 hoyos –mar, arroyo y montaña–, que le dan al juego otra dimensión, por lo cual ha sido clasificado como uno de los 100 mejores del mundo por una conocida revista de golf.

Nicklaus quedó fascinado con la belleza del lugar y creó el Ocean Course de Cabo del Sol, llamado el “Pebble Beach de Baja”, por estar esculpido entre las escarpadas laderas, y esto incluye los “Tres mejores últimos”, por razones obvias.

 

 

En el desierto

Pero Cabo del Sol no quedó ahí. Se contrató a Tom Weiskopf para crear otro campo: el Desert Course, en medio de cañones y arroyos, con amplios fairways que van serpenteando el desierto. Experto en la topografía cabense culminó su experiencia con El Dorado Golf Club, completando su presencia en la Península. Seis hoyos tienen vista hacia el mar y recorrerlo es toda una experiencia.  

Robert Trent Jones II fue contratado para crear Cabo Real Golf Club, un escenario donde resaltan los seis primeros hoyos, algunos de ellos frente al mar.

 

Los grandes diseñadores aprovechan la topografía del lugar para crear verdaderas obras de arquitectura.

 

Dye Corporation unió el mar y la montaña a lo largo de 18 hoyos en el Raven Golf Club en Cabo San Lucas.

Tom Fazio fue contratado para crear La Querencia, dos campos privados, uno de 18 hoyos y otro corto de nueve. Y ante el éxito del golf en la zona, actualmente está en proceso de diseño Puerto Los Cabos, en Punta Gorda, a inaugurarse en 2007.

 

 

En la casa club de cada uno de los campos se ofrecen servicios de primer nivel, incluido restaurante, bar, casa club, renta de carritos, bastones, mesa de práctica, putting green, con la presencia de profesionales que con gusto le ofrecerán una clínica si desea mejorar –o corregir– alguna parte de su juego. Esto con la ventaja de que no llueve durante casi todo el año y la posibilidad de que la familia –en caso de no jugarlo– se enamore del golf, nada más de ver estos campos.

Así, la próxima vez que piense en viajar a La Paz no olvide cargar la bolsa con sus bastones de golf, y prepárese para disfrutar de una experiencia golfística única, donde puede seleccionar un campo diario para jugar ese fascinante deporte. 

 

 

Texto: Laura Velázquez ± Foto: Carlos Sánchez Peryda