Por primera vez en su historia la colección L'Heure du Diamant de Chopard acoge una complicación en el corazón de uno de sus relojes.
Con dimensiones de 20.40 mm por 4.60 mm, los 169 componentes del nuevo movimiento mecánico de carga automática Chopard 09.02-C permiten alojarlo fácilmente en la pequeña caja de un reloj femenino.
Mediante un disco de aventurina permite la visualización de la trayectoria de la luna con notable exactitud. Calibrada por los mejores artesanos relojeros de la manufacture, esta indicación tiene una precisión astronómica: con una diferencia horaria de 57.2 segundos entre dos lunaciones –habrá que esperar 122 años para que presente una diferencia horaria de un día con la luna real–. Entonces, solamente será necesario un ajuste.
A esta complicación tan romántica los artesanos de la Casa han asociado una decoración inspirada por la belleza del cosmos. A través de una esfera de cristal de aventurina azul salpicado de puntos de luz, este reloj evoca magníficamente la contemplación de la inmensa bóveda celeste.
Además de su aspecto cósmico con inclusiones centelleantes, el cristal de aventurina es la historia de un invento que se produjo gracias a un descuido. Se cuenta que en el siglo XVII, en un taller de cristal de Murano, un artesano dejó caer sin querer limaduras de cobre sobre vidrio fundido. El seductor resultado dio lugar a un nuevo y codiciado material llamado «aventurina», bautizado así por la palabra italiana peravventura, que significa «por casualidad».
Juegos de luz y engaste corona
En consonancia con la maestría de la familia Scheufele en materia de relojes-joya, el brillo de los diamantes que rodean la esfera con un halo de luz se ve realzado por un engaste exclusivo de la Casa Chopard: el engaste corona, que realza la belleza de cada una de las piedras permitiendo que la luz penetre en ellas y las recorra de manera fulgurante.
Diseñado con unas garras en forma de V, este engaste desarrollado por Karl Scheufele sostiene la disposición de los diamantes como si fuera un guipur invisible. Liberadas así de las limitaciones de la opacidad metálica y dejando irradiar toda la pureza mineral del diamante, las joyas L'Heure du Diamant encarnan, en su gracia atemporal, unos fragmentos de eternidad.