Para quienes explorar nuevos horizontes, Arnold & Son nos sorprende con el Globetrotter 42 Steel, una reinterpretación compacta y estilizada de su icónico modelo, ahora disponible en dos versiones: Strand Blue y Greenwich Green [foto inicial], cada una limitada a tan 88 piezas.
Más que un reloj, el Globetrotter 42 es un homenaje a los días dorados de la exploración. La historia respalda esta narrativa: John Arnold y su hijo John Roger diseñaron en el siglo XVIII los instrumentos relojeros que acompañaron a navegantes como James Cook.
Aquellos cronómetros no eran simples accesorios, eran herramientas que cambiaron el rumbo de la navegación. Hoy, este legado revive en un guardatiempo pensado para los trotamundos del siglo XXI.
El nuevo diámetro de 42 mm y un grosor refinado que no supera los 15 mm le dan al Globetrotter 42 Steel un aire más equilibrado y contemporáneo, sin sacrificar el despliegue visual que lo caracteriza. Su puente arqueado, hecho a mano y pulido con precisión, sigue siendo el emblema inconfundible de la colección, sosteniendo la cúpula tridimensional del hemisferio norte.
La cartografía, grabada con un acabado efecto rayos de sol, logra un contraste sublime con los océanos, teñidos en azul profundo para el Strand Blue y en verde intenso para el Greenwich Green.
La gran novedad está en su funcionalidad: el globo central rota una vez cada 24 horas, permitiendo una lectura intuitiva de las horas mundiales. A su alrededor, un anillo con 12 ciudades clave actúa como brújula horaria para quienes viven entre vuelos y husos. Las agujas centrales, situadas por debajo del globo, marcan la hora local con elegancia.
El color es otro guiño a las raíces británicas de la firma: el Strand Blue honra la histórica calle londinense donde John Arnold abrió su taller, mientras que el Greenwich Green evoca los tonos serenos de las colinas que rodean el Real Observatorio, cuna del meridiano cero.
En su interior late el calibre automático A\&S6122, manufactura propia, ahora con 55 horas de reserva de marcha. A través del fondo de cristal de zafiro se aprecia el espectáculo de la alta relojería: masa oscilante calada, puentes decorados con Côtes de Genève, platinas perladas y tornillos biselados, todo bañado en un elegante tratamiento de paladio que armoniza con la caja de acero.
El conjunto se completa con correas de piel de caimán en tonos azul tinta o verde Cornualles, aseguradas por una hebilla clásica de acero inoxidable con el emblema de la marca.