En el mundo del lujo, existen alianzas que no solo elevan la estética, sino que redefinen los límites de lo posible. Tal es el caso de la colaboración entre Bugatti y Jacob & Co., una dupla que une ingeniería automotriz extrema y alta relojería en un mismo lenguaje de diseño: el Bugatti Tourbillon y su versión engastada, el Bugatti Tourbillon Baguette [foto inicial].

Bugatti Tourbillon fue concebido para reescribir las reglas de los hiperdeportivos. En paralelo, Jacob & Co. emprendió un reto equiparable: crear un reloj que no fuera simplemente un homenaje, sino un equivalente mecánico y artístico del vehículo. En menos de 18 meses, ambas casas desarrollaron y materializaron un guardatiempo que no solo comparte ADN estético con el auto, sino también una filosofía: innovación, precisión y exclusividad.

El reflejo de un hiperauto en la muñeca

El diseño del reloj Bugatti Tourbillon se inspira directamente en la cabina del hiperdeportivo. La esfera emula el panel de instrumentos: el tourbillon volante de 30 segundos –el más rápido de Jacob & Co.– ocupa el lado izquierdo, mientras que la subesfera de horas y minutos recuerda los indicadores de RPM y velocidad. A la derecha, una esfera adicional muestra la reserva de marcha de 80 horas. 

Pero la verdadera hazaña está en su bloque de motor autómata, íntegramente fabricado en cristal de zafiro. Dentro de él, 16 pistones de titanio se animan al accionar un cigüeñal monoaxial de 22.37 mm, uno de los más largos jamás creados en relojería. Al presionar un botón, los pistones cobran vida en un espectáculo visual que reproduce el pulso de un motor Bugatti V16.

La caja del reloj, de 52×44 mm y 18 mm de grosor, también rinde tributo al hiperauto. Su silueta recuerda la del vehículo: alerón, ventanillas y parrilla se traducen en detalles relojeros, mientras que el cristal de zafiro lateral evoca los vidrios del automóvil, ofreciendo una mirada íntima al calibre. Es un ejercicio de diseño holístico donde nada es accesorio y todo responde a un principio de fidelidad conceptual.

Inspirado en la arquitectura del motor V16 de Bugatti, el Bugatti Tourbillon en azul titanio.

El brillo de la alta joyería: Bugatti Tourbillon Baguette

Si el Bugatti Tourbillon representa la fusión pura de ingeniería y estética, su versión Baguette lleva el concepto a la cúspide de la joyería contemporánea. Con 17 quilates de diamantes talla baguette y 18 rubíes montados en un engaste invisible –técnica perfeccionada por Jacob & Co. –, la pieza se convierte en un manifiesto de luz y exclusividad.

Los rubíes evocan las luces traseras del hiperauto, mientras que la caja, en oro blanco de 18 quilates, se cubre con 328 diamantes baguette, logrando un resplandor continuo y sin interrupciones. La técnica de engaste invisible permite que las piedras parezcan flotar, generando un efecto hipnótico en contraste con la precisión mecánica que late en su interior.

Solo 18 ejemplares de esta edición verán la luz, garantizando a sus propietarios no solo un reloj, sino una obra de arte que conjuga la destreza de maestros relojeros con la sensibilidad de joyeros visionarios.

El reloj combina el lujo del Bugatti Tourbillon con la artesanía en joyería de Jacob & Co.