En Molsheim, donde late el corazón de Bugatti desde 1909, finalizó un capítulo que quedará entre los más trascendentes de la marca.
Se trata de la fabricación del último Bolide: un hiperauto nacido para la pista que llevó al extremo la ingeniería del icónico W16 y que hoy marca la clausura de un proyecto concebido para desafiar lo imaginable.
Cuando Bugatti presentó el concepto en 2021, Bolide era una pregunta abierta: ¿qué pasaría si lleváramos la filosofía de Ettore Bugatti al límite absoluto del rendimiento? La respuesta terminó tomando forma en un ambicioso programa de desarrollo, donde ingeniería, tradición y ambición se entrelazaron durante más de cuatro años.
“Mi primer contacto –con el Bolide – fue en agosto de 2021; era apenas un concepto”, recuerda Emilio Scervo, director de Tecnología de Bugatti. “Sabíamos que integrar cada elemento sería un desafío extraordinario”. Y así fue. Entre 2021 y 2023, Bolide evolucionó desde la mesa de diseño hasta sus primeros prototipos, perfeccionado mediante miles de horas de análisis y pruebas.
Para Bugatti, no bastaba crear un auto extremo: debía ser un Bugatti en el sentido más puro, con la calidad, la estética y el refinamiento que distinguen a la casa de Molsheim, al noreste de Francia.
La prueba definitiva llegó en Le Mans, en 2023, donde el piloto oficial Andy Wallace llevó al Bolide a 350 km/h en la legendaria recta. Fue una validación histórica para un auto que seguiría afinándose en pista hasta 2024, en jornadas donde el equipo trabajaba de amanecer a madrugada, programando cada minuto para exprimir al máximo cada sesión. Esa obsesión por la perfección no respondía solo a números: buscaba definir qué debía representar el Bolide dentro del linaje Bugatti.
Bolide fue diseñado para la pista, adecuado tanto para Gentleman Drivers como para pilotos experimentados.
“Crear un coche que rinda en pista y pertenezca a las mejores colecciones del mundo exige una atención absoluta a cada detalle”, explica Cristobal Piochon, presidente de Bugatti Automobiles. “Debía ofrecer la potencia de un prototipo y, al mismo tiempo, la presencia atemporal de una obra maestra”.
El último ejemplar sintetiza esta visión [foto inicial]. Encargado por un coleccionista que ha acompañado a la marca por décadas, su configuración rinde homenaje al Type 35 y a los azules históricos de Bugatti.
Los acabados combinan Azul Negro, Azul Lyonnais Especial con un interior en Alcántara Azul Lago, rematado por costuras en Azul Claro Deportivo. No es solo un hiperauto: es un tributo personal, una pieza que completa una trilogía junto al Veyron Grand Sport final del mismo propietario.
La entrega en Molsheim fue íntima y emotiva, como un cierre perfecto para un proyecto que unió a ingenieros, artesanos y coleccionistas bajo una misma obsesión: la excelencia.
Limitado a 40 unidades, el Bolide se convierte ahora en un testimonio del legado vivo de Bugatti, un puente entre el espíritu de competición del Type 35 y la máxima expresión moderna del rendimiento puro.
Bolide es un hiperauto de pista que lleva adelante el espíritu del legendario Type 35, conectando la excelencia en las carreras de Ettore Bugatti con la máxima expresión del rendimiento en pista del W16.