El deslumbrante tono naranja vibra en el Flying Tourbillon Skeleton Titanium, Orange Edition de Angelus.

En esta edición limitada de 25 ejemplares, Angelus presenta una creación resplandeciente cuya mecánica en esqueleto se convierte en lienzo de expresión cromática y gráfica.

La caja de titanio con acabado satinado dialoga con el negro profundo del movimiento, iluminado por acentos de un tono naranja intenso que resaltan las indicaciones del tiempo y tienen su reflejo en las tres correas intercambiables propuestas.

Cada detalle de esta pieza de 42.5 mm expresa una faceta de la energía que le da vida. La energía cromática, con el naranja como hilo conductor. La energía personalizable mediante las correas intercambiables: cuero negro de cocodrilo que aporta elegancia, caucho naranja texturizado para uso deportivo o titanio integrado que confiere continuidad arquitectónica.

La energía luminosa, revelada por el movimiento en esqueleto. La energía estructural, expresada en la superposición de diversos niveles y profundidades. Y, por último, la energía gráfica, encarnada en el diseño tridimensional del calibre A-310.

 

Energía armonizada

La esfera del Flying Tourbillon Skeleton Titanium pone en escena un magistral juego de volúmenes. El anillo periférico de los minutos flota sobre un bisel negro adornado con índices horarios que Angelus ha elaborado por primera vez en bloques monolíticos de Super-LumiNova.

Estos índices luminosos garantizan una legibilidad óptima incluso en la oscuridad y acentúan el diseño contemporáneo.

El contraste de colores y materiales se acentúa con las tres correas propuestas. El sistema de liberación rápida permite una transición fluida entre refinamiento, uso deportivo y una estética íntegramente técnica, para disfrutar de una absoluta libertad de estilo.

 

Energía en los detalles

La construcción de la caja es toda una declaración del saber hacer técnico de la Maison. En el corazón, alberga una cámara estanca de compuesto de carbono de una ligereza excepcional a pesar de su notable rigidez, que protege el movimiento. Este núcleo técnico va insertado en una jaula exterior modular de titanio que refuerza la estabilidad al tiempo que enfatiza la sofisticación estética del mecanismo.

Dentro del calibre A-310, las emblemáticas ruedas de Angelus, cada una de ellas con tres dobles radios calados, trazan una coreografía óptica que guía la mirada hacia el tourbillon volante.

Suspendido sin puente superior, se sustenta en un puente que presenta un ángulo de 160°. Esta asimetría deliberada acentúa la tensión visual y el equilibrio dinámico. En cuanto a los tornillos de sujeción, llevan el diseño de la hélice tripala, el icónico distintivo estilístico de la firma.